Anotaciones sobre "La Casa de Bernarda Alba", 28, 29, 30 agosto 2012


Una de mis intereses con anda sin zapathos es encontrar mi camino y mi teatro particular, en esta obra me interesé en encontrar que podía romper. Lorca comienza el texto con una máxima que refiere a la escenografía: menciona que tiene que ser una habitación blanquísima y que de la impresión de un documental fotográfico. Mi intención fue invertir estos valores dados por el autor y crear una atmosfera de ensoñación y oscuridad. Un País sin nombre que da pequeños guiños a un posible México (deje la idea de reflejar a México para tomar la idea de redefinirlo como una ciudad sin nombre pero con pequeños atisbos de simbolos que me rodean: tamales, Chingate, huapango etc...) y un tiempo que parece antigüo pero no dice cuando.

En cuanto al genero, ahora que me clarifico estos dos generos me mantengo dudoso de donde quiero definir el montaje: La intención con el manejo de los personajes frente a los puntos de la tragedia son:

Excepcionales en su virtud, en su conciencia, en su rango social. son
arquetipos.”: no quise que el hilo dramático de la obra fuese llevado por un personaje trágico, (un teseo, prometeo, Odiseo, etc..) siempre he encontrado en estos personajes una figura que ya esta hecha y no se mantiene en movimiento (Teseo ya es virtuoso, no se lo ha ganado, Edipo ya esta condenado, no se ha ganado la condena), por eso me inclino más a que los personajes (Bernarda, sus hijas y las criadas) sean sentimentales, Victimas, y temperamentales, más no estereotipadas ni altamente moralizantes, sino humanas en el sentido de la busqueda caótica en su propia vida.

No voy a negar que existen personajes como arquetipos y excepcionales en su virtud, predeterminados a su falta, pasionales y éticos: Maria Josefa, Los hombres y el caballo se convierten en imágenes puras que impactan a los personajes y los llevan a dudar aún más de sus convicciones. Maria Josefa, la pureza y la alegría de la sexualidad abierta y liberada se guarda en el baúl como un recuerdo, se reprime, se encierra. Los hombres son atisbos, sombras de una seducción viva y alegre que no se puede percibir en su completud.

Estos personajes trágicos... perdidos en el melodrama de las hijas encerradas, están ahí para recordar lo que corre por su sangre, son revelaciones. Y como revelaciones solo aparecen en momentos fugaces y poco exactos. Pero... quien obliga a que estas revelaciones aparezcan?. La vida monástica que una mujer les obliga a tener con el pretexto de “El luto”. Esta mujer no la quise elevar a forma de imagen arquetípica, no la quise hacer trágica. Se me hizo más interesante que las hijas lucharan contra una mujer, gente de su propia estirpe, una humana, no una diosa, una mujer viva en vez de una muralla.

Bernarda sufre una consecuencia de cambios que la debilitan cada vez más. Bernarda en su papel de humana, al detener el natural desdoblamiento y avance de sus hijas termina por debilitarse (se usó la imagen de un toro en una corrida). El ultimo acto muestra como esta mujer ha perdido la fuerza demoledora y en su ultimo instante se derrumba por completo su proyecto de mundo. Su visión se nubla y desaparece la muralla que les creó para sus hijas poco a poco (por eso la obra comienza con tierra, luego con las flores y termina con las hojas secas).

Es por eso que estas mujeres que juegan no llegan a la solemnidad ritual hasta que un elemento de fuera (los Hombres), o más interno aún (Maria Josefa), las despierta de su sueño de ser buenas mujeres, estereotipos, remedos de una buena conducta y buen comportamiento.


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